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Frase del día: Quien tuvo, retuvo.
2-Octubre-2012
Estamos dejando Beijing. Podríamos decir que no es la ciudad donde nos gustaría vivir nuestra jubilación. Hoy había una extraña capa de niebla en el ambiente, mejor pensar que era vapor de agua y no polución.
Mientras esperábamos el embarque de nuestro avión, por aquellas cosas extrañas que tiene el cerebro, he sido consciente de que me han engañado con el cambio al menos un par de veces, ¿vendrá de ahí lo de "engañar como a un chino"?. Han sido sólo unos cuantos céntimos de euro. Ahora prevenido veremos que pasa como vuelvan a intentarlo.
En el año 600 Xi'an era la ciudad mas poblada de la tierra con 2 millones de habitantes. Ahora tiene una personalidad de la que Beijing carece. Edificios de innegable estilo chino y discutible gusto suplantan su parte antigua. Ese "casco histórico" debió de tener unas proporciones desmesuradas para la época. Está delimitado por una imponente muralla con cuatro puertas, cada una de ellas orientada a uno de lo puntos cardinales. Nos imaginamos el asombro de las caravanas al divisarlas desde lo lejos.
Lo mejor de Xi'an es que la influencia de la Ruta de la Seda está aún viva. El barrio musulmán es una auténtico zoco en el que lo árabe y lo chino se mezclan a partes iguales. Las ofertas se multiplican en las callejuelas cubiertas del bazar y en sus inmediaciones. Un bullicio efervescente seduce desde el primer momento: tenderetes, rickshows y miles de puestos de comida callejera.
Hígados de vaca macerados al Sol, brochetas de todo tipo hechas en el acto, patas y pescuezos de patos, sopas de cabezas de cordero o de quien sabe qué. Un chico con rasgos de asia central prepara panes en un horno de barro. Varias mujeres chinas ofrecen sus baratijas, tienen el pelo cubierto con pañuelos de brillantes colores. Una emoción asalta a cada paso y nos recuerda la encrucijada que sigue siendo este punto geográfico.
El contraste lo pone la Gran Mezquita, un autentico remanso de paz en medio de ese batiburrillo. Maderas milenarias para tomar un respiro: apenas se oye nada, apenas hay nadie.
Xi'an nos ha sorprendido, es algo mas que sus famosos guerreros de terracota. Conserva ese carisma de quien una vez tuvo. Le auguramos un buen futuro. Eso sí!, siempre que sepa seguir mirando al pasado.
Estamos dejando Beijing. Podríamos decir que no es la ciudad donde nos gustaría vivir nuestra jubilación. Hoy había una extraña capa de niebla en el ambiente, mejor pensar que era vapor de agua y no polución.
Mientras esperábamos el embarque de nuestro avión, por aquellas cosas extrañas que tiene el cerebro, he sido consciente de que me han engañado con el cambio al menos un par de veces, ¿vendrá de ahí lo de "engañar como a un chino"?. Han sido sólo unos cuantos céntimos de euro. Ahora prevenido veremos que pasa como vuelvan a intentarlo.
Xi'an nos ha sorprendido, es algo mas que sus famosos guerreros de terracota. Conserva ese carisma de quien una vez tuvo. Le auguramos un buen futuro. Eso sí!, siempre que sepa seguir mirando al pasado.
!Que interesante parece Xian! Yo sólo la conocía por los guerreros.
ResponderEliminarEn cuanto a los timos, tened paciencia...cada pais tiene su aquel.
Un beso muy muy muy fuerte.
Yo sigo queriendo ver una foto vuestra con un chino jejw /1Ch
ResponderEliminarTenemos la costumbre de no subir fotos nuestras, por eso no salimos con ningún local. Seguro que ellos si las suben al "Facebook chino", el otro día nos pidieron varias veces que nos hiciéramos fotos con ellos, empezamos a ser algo exótico. Por otra parte Wendi, nuestra guía durante un par de días por Yangshuo y las terrazas de arroz, hacia que inmediatamente se rompieran las barreras con cualquiera que te encontrabas, era como tener un salvoconducto. La vamos a echar de menos, no solo por lo fácil que nos hizo la vida, sino por lo maja que es.
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