Ver mapa más grande
Frase del día: Tan cerca, tan diferente.
24-Octubre-2011
Solo nos separan 8km de la frontera con Nepal, pero hay que tomar un taxi local que no llega nunca. Otros vehículos no están autorizados a acercarse al puesto fronterizo, otra más de las extrañas normas que rigen el Tíbet. Control de pasaporte, control de equipaje y sólo nos falta cruzar la linea roja que hay en medio del "Puente de la Amistad". Ahí nos quedamos, a unos pocos metros, estancados sin llegar a cruzar: no hay nadie esperandonos al otro lado.
Un enviado de la agencia debería estar ahí para llevarnos a Kathmandu (hubiera sido demasiado bonito). El guía tibetano se lava las manos y nos propone regatear el precio con un buscavidas que aparece de la nada (nos pide 130$). Por suerte llevamos una copia del contrato que indica que es la agencia tibetana la que nos tiene que llevar y no abandonarnos en la frontera.
Con el cuerpo cortado por el frío y el animo encendido, esperamos más de una hora hasta que todo se aclara. Por teléfono el responsable nepali nos propone pagarle por adelantado al buscavidas, asegurando que nos devolverá el dinero al llagar a Kathmandu. Finalmente aceptan nuestra propuesta "El agente en Nepal pagara al buscavidas cuando nos hayan dejado en Kathmandu y punto".
Dos horas después de lo previsto estamos montados en el 4x4. Nada más pasar esa linea roja del puente las cosas han cambiado: hay 2h 15 minutos menos (extraño pero es así), muchas caras hacen pensar que estamos en la India (hay mujeres que llevan sharis), la gente entiende inglés y se conduce por la izquierda. En realidad se conduce por cualquier lado, pero el volante está a la derecha.
Hay sólo 140km hasta Kathmandu pero el trayecto se hace interminable, la carretera tiene asfalto sólo en algunos tramos. El camino discurre por un valle de una belleza increíble. Está repleto de terrazas de arroz, por él baja un río de color glaciar recordandonos que viene directo del Himalaya. Podría ser éste un lugar paradisiaco, pero hay demasiada basura por todas partes. Hay miles de "casuchas" diseminadas por las laderas y sobre todo apiñadas sobre la carretera. Ovejas, perros, excrementos, escombros, basura, etc. Todo eso nos sorprende, después comprenderemos que son sólo una constante en Nepal.
Enseguida se siente la superpoblación más aún al acercarnos a la capital. Casi todo el trayecto es un continuo de casas a medio hacer o a medio derruir, no sabríamos que sería mas correcto. Cada kilómetro cuesta, hay que sortear miles de motocicletas, camiones, autobuses, peatones y todo lo que se pueda imaginar.
Cuando nos queremos dar cuenta estamos en medio de un gran caos: gente, coches, bicicletas, pitidos. No estábamos preparados para tantas cosas a la vez y nos sobrepasa. Un cambio demasiado brusco tras la soledad congelada del "Techo del Mundo". Esperábamos algo mas íntimo, algo que estuviera aún ligado a esas historias de aventureros, pero este es el Kathmandu actual, ¡Bienvenidos!.
Solo nos separan 8km de la frontera con Nepal, pero hay que tomar un taxi local que no llega nunca. Otros vehículos no están autorizados a acercarse al puesto fronterizo, otra más de las extrañas normas que rigen el Tíbet. Control de pasaporte, control de equipaje y sólo nos falta cruzar la linea roja que hay en medio del "Puente de la Amistad". Ahí nos quedamos, a unos pocos metros, estancados sin llegar a cruzar: no hay nadie esperandonos al otro lado.
Un enviado de la agencia debería estar ahí para llevarnos a Kathmandu (hubiera sido demasiado bonito). El guía tibetano se lava las manos y nos propone regatear el precio con un buscavidas que aparece de la nada (nos pide 130$). Por suerte llevamos una copia del contrato que indica que es la agencia tibetana la que nos tiene que llevar y no abandonarnos en la frontera.
Me encanta vuestro viaje, ¿Para que poner los documentales de la 2 teniendoos a vosotros? Tantas razas diferentes,lugaress, paisajes, contrastes...en fin, una maravilla q reconozco me da un pelin, solo un pelin de envidia.
ResponderEliminarHola maja, ya sabes que te llevamos siempre con nosotros a todas partes. A veces ver las cosas desde casa tiene sus ventajas. Despies de mas de un mes, ¡no sabes lo que daríamos por unas tapitas de jamón y una tortilla en "La Carveceria"!.
Eliminar