Ver mapa más grande
Frase del día:
23-Octubre-2011
La bomba de calor de la habitación no ha dado abasto en toda la noche y eso que la electricidad no ha fallado. Decidimos sepultarnos bajo mantas extras de lana pero tuvimos que prescindir de alguna, tanta presión hacia que perdiéramos el riego sanguíneo en las extremidades. Quizás hayan sido -10 C, como dice un buen amigo: "no es que haga frío, es que vas mal preparado", pero... ¿que más nos podríamos haber puesto para dormir?
El camino ha comenzado soso: paisajes desolados de montañas peladas y feas aldeas tibetanas. Cada vez parecía hacer mas frío aunque el Sol ya brillaba como sólo lo hace en el Tíbet. Desde el coche nos apiadábamos de los que viven aquí, teniendo que soportar inviernos de -35 C. Apenas les veíamos los ojos, embutidos en sus ropajes, ¡Que será de ellos cuando llegue el frío de verdad!.
Old Tingri no es un pueblo con servicios, ni comodidades, ni es el mejor lugar para quedarse. Lo primero que llama la atención es el gran numero de perros callejeros que hay por todas partes, la suciedad ya no sorprende tanto después de todo lo que hemos visto. El contrapunto lo ponen sus vistas hacia el Himalaya, no hay pueblo con mejores vistas que este.
Continuando nuestra ruta, a nuestra espalda dejamos el Everest (8848m) y el Cho Oyu (8153m), inevitable detenerse para admirarlos una vez mas. Después la carretera asciende hasta los 5000m del Tong-la, nuestro último paso de montaña. Hace frío y un viento capaz de congelarte en pocos minutos. La vista es única, no hay paso de montaña con mejores vistas que este.
A la izquierda se extiende toda la cordillera del Himalaya. A la derecha, muy cerca, se yergue solitario el Shishapangma (8012m) otro de los 14 ochomiles y ya van cuatro. A partir de aquí la carretera inicia un vertiginoso descenso entre cumbres de 6000 o 7000 metros. En cualquier otro lugar pararías el coche asombrado, aquí ya no lo haces.
Nuestro destino final es Zhangmu, al borde la frontera Nepalesa. Hemos descendido 2000 metros para acabar en los 2200. El paisaje ha cambiado, las montañas están cubiertas de árboles, la temperatura es agradable y podemos respirar sin fatigarnos (como si hubiéramos bajado a nivel del mar).
Zhangmu es una serpenteante y estrecha carretera flanqueada por horribles edificios que se asoman al vacío. No tiene ningún interés para el visitante. Es el lugar de paso de cientos de viejos camiones que transportan mercancías entre el Tíbet y Nepal. No hay otra vía posible y tienen que circular por la empinada y sinuosa cuesta que constituye la ciudad. Nuestra misión consiste en esperar. La frontera se encuentra a escasos kilómetros pero abre sólo en horario comercial. Mañana a las 10 de la mañana pondremos rumbo a Kathmandu.
Lo de las mantas me ha llegado al alma: abrigaros bien q luego vienen los catarros, bss
ResponderEliminarVaya pedazo de viaje me estoy pegando sentadita en mi sillon, leyendoos.../1Ch
ResponderEliminar