domingo, 7 de octubre de 2012

06 Xi'an: guerreros



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Frase del día: Dios le da legañas al que no tiene pestañas.

3-Octubre-2012


Como un par de incautos hemos llegado a la estación con la intención de tomar un autobús hasta los guerreros de Xi'an. Están a algo mas de 30 kms. Cuando hemos llegado a la parada, todo estaba lleno de gente. Sin exagerar unas 10.000 personas esperaban nuestro mismo autobus. Al principio he pensado que iban a otro sitio, a la estación de tren que estaba al lado. Todo por querer negar lo evidente.

Nos hemos puesto a la cola sabiendo que no la haríamos hasta el final. Hubiéramos tardado 2 o 3 horas y lo mismo a la vuelta. Entonces se han comenzado a ofrecer guías para llevarnos, por un precio que no íbamos a pagar. El acuerdo ha sido compartir el coche y los gastos con tres jóvenes americanos que trabajaban en Beijing. Estaban especialmente recelosos del trato con el guía y confirmaban cada detalle. Seguramente les habían engañado más de una vez. Hemos tardado una hora y media en llegar, el atasco ha sido increíble, pero lo peor es que allí habría 200.000 turistas chinos. La visita ha sido muy agobiante o peor.

Los guerreros los descubrió en 1974 un señor que pretendía hacer un pozo en el campo. Es un poco surrealista ver que tienen allí al hombre firmando libros en una tienda (podrían ponen a cualquier otro que no lo íbamos a notar). Hay varias construcciones que albergan las excavaciones, personalmente me han recordado al "sarcófago" de Chernobyl. No están pensadas para recibir tal afluencia de público: ni accesos, ni refrigeración, ni nada.

Los guerreros son impresionantes, pero hay que verlos desde lejos y están mal iluminados. Con la escasa luz conseguir hacer una foto es toda una proeza (sin olvidarse de los empujones). Recuerdo una exposición en Madrid con 10 guerreros de Xi'an, hicieron un montaje espectacular. Con todos los que aquí tienen se podrían hacer auténticas maravillas. Seguro que no les merece la pena, la entrada cuesta 20€ y pese a ser tan ya no cabe más gente.

Hemos visto los guerreros como hemos podido, saltandonos casi toda la parte del museo porque corríamos el riesgo de morir aplastados. No sabemos que pasó con el pozo que iba a hacer el hombre, imaginamos que lo intentaría varias veces y como no paraba de encontrar guerreros, al final desistiría.

Por otra parte resultó que el guía era de fiar y no salió con ningún suplemento sorpresa. Se le notaban las ganas de llevarnos a alguna tienda, incluso nos ofreció rebajar el precio si accedíamos, pero no insistió demasiado. Parece que una vez fuera de Beijing las cosas comienzan a ser más fáciles, tenemos la impresión de que a partir de ahora el trato con la gente local será mas amable y menos interesado .... el tiempo lo dirá.


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