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Frase del día:
20-Octubre-2011
En Gyantse hay dos cosas que sobresalen por encima de las demás, el fuerte y la estupa. El fuerte esta totalmente reconstruido por lo que carece de interés, seguro que ofrece unas vistas espectaculares pero nos lo hemos convalidado. Con la subida a la estupa hemos tenido suficiente, cada escalón a 4000m cuenta.
La estupa y el monasterio están bien pero son más de lo mismo, comenzamos a confundir unos con otros. El monasterio es del 1480 y tiene partes realmente antiguas que impresionan. La estupa tiene 77 pequeñas capillas, por suerte no todas están abiertas al publico, son muy repetitivas: una estatua de Buda en un pequeño recinto tenebroso. 
Desde Gyantse a Shigatse hay unos 90km. Todo el camino discurre por un valle de tierras de cultivo. No hay nada verde, sólo hay cereales y pastos para el ganado, con polvo por todas partes. Shigatse es la segunda ciudad más grande del Tíbet y también esta llena de polvo. Como era de esperar tiene una ciudad nueva china, sin ningún sabor, pegada a la antigua tibetana, que tiene demasiado retrogusto.
No hemos tardado en perdernos por los tenderetes de los aledaños de la ciudad antigua. Bastante parecido a un bazar árabe con alguna particularidad, es fácil comprar mantequilla de yak. Los monasterios huelen a mantequilla de yak, los restaurantes también. Un yoghurt, una tostada, una galleta, una empanadilla, el café, todo sabe a mantequilla de yak. Ese sabor se incrusta en tu cerebro y hasta lo que no ha tenido ningún contacto con la mantequilla ¡te sabe igual!. 
Hemos cambiado un poco el plan de viaje y nos quedaremos en Shigatse más tiempo. No hemos tenido un "amor a primera vista", sino que es la alternativa menos mala. El campo base del Everest esta cerrado a los extranjeros por lo que no merecía la pena sufrir sin luz ni agua caliente en "Old Tingri". El hotel que tenemos en Shigatse es "bastante bueno" y el hecho de estar en una ciudad nos permite disfrutar de las tiendas y de la moda local. 
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